LOS VIGILANTES METEOROLÓGICOS DEL ESPACIO:
LOS SATÉTILES
Estamos acostumbrados a
mirar los fenómenos meteorológicos desde la tierra. Al despertarnos, lo más
común es asomarnos por la ventana para ver cómo está el día, para ver si hace
frío o calor, y por supuesto nos informamos mediante algún medio fiable para
saber si necesitamos un jersey o sacamos el paraguas. Pero mientras nosotros
nos dedicamos a mirar el cielo, la información que nos llega, esa que
consultamos día a día, es observada desde el espacio.
Aunque no los percibamos,
gran parte de los acontecimientos que vivimos a diario están influenciados por
éstos vigías, muchas de nuestras actividades son posibles gracias a su
presencia y gran parte de la información con la que contamos a diario se las
debemos a ellos.
Los satélites son cuerpos
que giran alrededor de los planetas, los hay naturales como la Luna, y
artificiales como es el caso del Sentinel-3A. Siguen una trayectoria que se
denomina órbita, que en el caso de las orbitas elípticas, el punto más alejado
del planeta se denomina apogeo, mientras que el más cercano perigeo.
Satélite meteorológico SENTINEL-3A
Cuando comenzaron a
utilizarse estaban reservados al uso militar, destinados a facilitar la
navegación, la investigación, y por supuesto, el espionaje. Con los años, los
usos se fueron ampliando y hoy los tenemos presentes en diversas actividades
como la información meteorológica (METEOSAT), transmisión de noticias y eventos
deportivos, televisión digital, telefonía móvil, envío de datos, observación de
fenómenos terrestres (terremotos, deforestaciones, crecimiento de zonas urbanas
y cultivos, cobertura de hielo en los polos), localización y actividades de
rescate, GPS, almacenaje de energía solar, misiones científicas (como el
Hubble), espionaje, etc. También son utilizados para estudiar planetas,
galaxias o cualquier otro fenómeno del espacio exterior.
Un satélite meteorológico es
un tipo de satélite artificial que se utiliza principalmente para supervisar el
tiempo atmosférico y el clima de la Tierra. El primer satélite meteorológico,
el Vanguard 2, se lanzó el 17 de febrero de 1959. Se diseñó para que midiese la
capa de nubes, pero debido a su eje de rotación pobre no pudo recoger una
cantidad importante de datos útiles.
Existe dos tipos básicos de
satélites meteorológicos por su órbita: los geoestacionarios y los polares. Los
satélites meteorológicos geoestacionarios orbitan alrededor de la Tierra sobre
el ecuador a unas altitudes de 35.880 km. Debido a su órbita, permanecen
estáticos respecto al movimiento de rotación terrestre y por tanto pueden
grabar o transmitir imágenes del hemisferio que tienen debajo continuamente con
sus sensores de luz visible e infrarrojos.
Existen varios satélites
geoestacionarios para la meteorología. Los Estados Unidos tienen dos en funcionamiento:
el GOES-11 y el GOES-12. Europa dispone de tres sobre el Océano Atlántico,
Meteosat-6, 7 y 8, y uno sobre el Océano Índico, el Meteosat-5.
Satélite geoestacionario METEOSAT
Los satélites de órbita
polar rodean la Tierra a una altitud típica de 850 km de norte a sur o viceversa,
pasando sobre los polos en su vuelo. Los satélites polares están en órbitas helio
síncronas, lo que significa que pueden observar cualquier lugar de la Tierra y
ver dos veces al día un lugar con las mismas condiciones generales de luz
debido al tiempo solar casi constante. Además, los satélites de órbita polar
ofrecen mayor resolución que sus homólogos geoestacionarios debido a su
cercanía con la Tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario