VERANILLO
DE SAN MIGUEL O DEL “MEMBRILLO”
Casi todos los
años, hacia finales de septiembre y siendo fiel a su cita, se presenta lo que
es conocido como el veranillo de San Miguel, en el que suele producirse una
parada en la bajada de temperaturas y un freno en las precipitaciones. Así nos
lo recuerda también el refranero popular, en lo que se refiere a este periodo
de tiempo: “En septiembre,
a fin de mes, el calor vuelve otra vez”.
Tradicionalmente,
el inicio del otoño suele contar con una serie de días en los cuales las
condiciones meteorológicas son prácticamente veraniegas. Es el conocido veranillo
de San Miguel, que tiene lugar alrededor del 29 de septiembre, día en el que se
celebra la onomástica de este santo, aunque evidentemente puede considerarse
igualmente así, a pesar de que este, se produzca unos cuantos días antes o
después del día de San Miguel, como ocurre este año precisamente.
Se conoce pues
como veranillo de San Miguel, a un
supuesto periodo atmosférico, en el cual, durante algunos días (no más de una
semana), las temperaturas ascienden por encima de los valores anteriores a esta
época, para luego recuperar la progresión de bajada típica del otoño.
Por nuestra zona, a este
periodo de estabilidad anticiclónica, se le conoce también con el nombre de veranillo del membrillo, al coincidir
con la época de maduración y recolección de este fruto. De hecho, este periodo
de tiempo fue bautizado por los agricultores que, refiriéndose al tiempo de
recogida de cosecha, solían decir que “se
aproximaba su San Miguel”. Antiguamente, los membrilleros estaban
protegidos por la diosa del amor Afrodita; de ahí que se diga que el membrillo
es el fruto del amor. Un refrán típico de estas fechas es: “Por el veranillo de San Miguel, están los
frutos como la miel”.
En otros
lugares, este período es conocido también como veranillo de los Arcángeles, ya que el 29 de septiembre se celebra
la onomástica de San Miguel, San Gabriel y San Rafael, los tres arcángeles.
Esta etapa de “retorno
veraniego” tiene una explicación científica, ya que el otoño, sobre todo
durante estos primeros días, suele caracterizarse por la alternancia de
periodos todavía cálidos, en los que parece que el largo verano se resiste a
abandonarnos, con otros algo más frescos y sobre todo, inestables. Como
consecuencia, no es de extrañar que, por estas fechas, suelan coincidir unos
días de bonanza meteorológica.
Este no es un
fenómeno que ocurra todos los años, ni mucho menos. De hecho, en 2008, en la
semana del 22 al 29 de septiembre llovió mucho en Los Barrios. Se acumularon
230 l/m2 y las temperaturas máximas no pasaron de los 23 grados.
Pero la lectura de las medias históricas sí deja ver que las tradiciones
populares, como la del 'veranillo del membrillo', suelen tener un fundamento de
verdad.
Aunque menos
conocidos, también hay otros veranillos a lo largo el otoño, siendo el último
de ellos el veranillo de San Martín,
que suele darse alrededor del 11 de noviembre, coincidiendo precisamente con
la fecha en que se celebra el día de San Martín, de ahí su nombre y que suele
tener una duración bastante escasa. Ya lo dice el refrán: “El veranillo de San Martín, tres días y fin”. Supuestamente, el
verano de San Martín está ligado a una leyenda en torno a este Santo, que
partió su capa en dos para cubrir a un mendigo desnudo y aterido de frío. Como
recompensa, Dios envió una meteorología agradable durante esos días, para
frenar el frío del invierno.
Parece un poco
extraño hablar de un veranillo en unas fechas tan cercanas al invierno, pero
consultando datos nos encontramos con que a veces, por estas fechas en el mes
de noviembre en Los Barrios, se han alcanzado registros de hasta 27ºC de máxima.
Una explicación a esta mejoría del tiempo en la segunda década de noviembre es que
existen algunos años en que se fortalece la expansión del Anticiclón hacia todo
el Mediterráneo, protegiéndonos de las corrientes perturbadoras y frías que
llegan de la Europa Nororiental.
Este año parece ser que sí gozaremos
del “veranillo del membrillo”, pues las condiciones atmosféricas actuales
previstas para estas fechas, son de tiempo estable y con temperaturas
agradables que alcanzan los 30°C de máxima. Por tanto y haciendo uso nuevamente
del refranero meteorológico, se confirma la cita que dice: “El veranillo de San Miguel falta muy rara
vez”.
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