Llega
el cambio de hora:
Esta noche dormirás una hora menos.
Toca
la hora de cambiar los relojes y ajustarnos, como cada marzo, al horario de
verano. La noche del sábado 25 al domingo 26 de marzo será más corta: a las
2:00 serán las 3:00. El horario de verano irrumpe reduciendo una hora de
descanso.
La
mañana del domingo 26 los madrugadores quizás os levantéis todavía de noche,
porque el cambio hará que amanezca más tarde. Eso sí, también podremos
disfrutar de más horas de sol por la tarde, porque anochecerá a partir de las
20:30.
Este
cambio de horario surge por la directiva europea 2000/84/CE que afecta a todos
los Estados miembros de la Unión. Este hábito se remonta a la década de los 70,
con la primera crisis del petróleo. Algunos países adelantaron sus relojes para
aprovechar mejor la luz natural del sol y reducir así el consumo de
electricidad. Según un estudio de la Comisión Europea, es positivo para el
ahorro energético y otros sectores como el transporte, las condiciones de
trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo y el ocio.
El
Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) (dependiente
del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital) estima que se puede
ahorrar hasta un 5% del consumo: al oscurecer más tarde, se podrá aprovechar
más la luz natural.
Este cambio de
hora fue aplicado por primera vez en algunos países durante la Primera Guerra
Mundial para aprovechar la luz del día, mantener las fábricas abiertas más
horas y ahorrar combustible. En 1973 se volvió a recurrir a esta medida, esta
vez, debido a la crisis del petróleo. Por su parte, España lleva ajustándose a
estos cambios de horario, que se hacen dos veces al año: los últimos domingos
de marzo y octubre, desde el año 1974. En la actualidad, cerca de 70 países
aplican esta medida, que es muy útil para aprovechar mejor las horas de luz.
Países que aplican el horario de verano (color azul).
Países que aplican el horario de verano (color azul).
Desde el punto de vista de la salud, el cambio de hora tiene un impacto variable en el organismo, dependiendo también de las personas y de cada estilo de vida. En general, este ajuste horario trae consigo pequeños trastornos en el sueño, cambios en los hábitos alimenticios y el estado de ánimo. Todo ello implica más cansancio, irritabilidad o falta de concentración. Eso sí, estos problemas remiten en el plazo de tres o cuatro días y para evitarlos es recomendable seguir algunas directrices como levantarse antes el domingo, consumir alimentos con vitamina C y magnesio, así como mantener el horario de las cenas.
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