LLUVIAS DE BARRO O DE “SANGRE”
¡Ha
llovido barro! Esta es la frase más empleada durante el día de hoy. Vehículos,
balcones, mobiliario urbano, calles y aceras
están manchados de barrillo tras las cuatro gotas que cayeron anoche
(0,1 l/m²). No es la primera vez que sucede, ni
tampoco es un fenómeno extraño, pero sí engorroso. Se forman con arena del
desierto del Sáhara y va acompañada de calima, ese polvo que también estarás
viendo en tus cielos y que no es contaminación.
Dada
la proximidad geográfica, el sur de la
Península Ibérica y la cuenca
mediterránea están más expuestas a las
invasiones de arena del desierto o polvo en suspensión. Por tanto, no es de
extrañar que sea un fenómeno
meteorológico común en nuestra latitud.
La
alta nubosidad anclada en el sur gracias al Levante ha empezado a dejar lluvias en Los Barrios. No han
sido abundantes hasta el momento, pero si le sumamos la presencia del polvo
africano en suspensión que durante estos días invade nuestra atmósfera, crean
el escenario perfecto para que estos días se den las llamadas lluvias de barro o de sangre.
El viento del sur-este que durante
estos días ha soplado tan fuerte, además de acumular muchas nubes, ha traído
también gran cantidad de polvo del desierto africano, que deja una visibilidad
prácticamente nula. Este polvo sahariano no se manifiesta solamente en
episodios de lluvias. En periodos de estabilidad también hace acto de presencia
la calima que es el nombre con el que se conoce al polvo en suspensión
procedente del Sáhara y que, erróneamente, confundimos con la contaminación ya
que la tonalidad del cielo se asemeja al gris de la polución.
Estas
lluvias de barro que estamos teniendo, se forman cuando las gotas de agua al
caer colisionan a gran velocidad con las partículas de polvo en
suspensión, arrastrándolas hasta la
superficie donde se depositan como barro, que se puede apreciar en las aceras
de las calles, en las carrocerías de los vehículos y en las hojas de los
árboles. Todo se cubre de una fina capa de barrillo que no es más que el polvo
africano. A veces, caen cuatro gotas,
como ya sucedió el lunes 20, pero se aprecia más el barro que la escasa
precipitación.
En ocasiones, se utiliza el término de “lluvia de sangre” por el tono rojo tan característico que tiene el polvo. Esto no es más que arena del desierto del Sáhara. Cuando cae tiene un color rojizo y cuando se seca deja una fina capa de polvo, que también puede ser de esa tonalidad.
Hay
registros en textos históricos que mencionan la "lluvia de sangre".
Se habla de ella en la Ilíada de Homero. El escritor del siglo XII Godofredo de
Monmouth, quien popularizó la leyenda del Rey Arturo, también hace referencia a
ella.
En
la antigüedad se creía que la lluvia era efectivamente sangre y era considerada
un mal presagio.
En
el siglo XVII con la difusión del método científico, la "lluvia de
sangre" empezó a ser explicada por causas más racionales. En el siglo XIX,
ya había claridad acerca de las causas reales de este extraño fenómeno.
Esta situación
continuará a lo largo del día de hoy y quizás mañana, en el que la Agencia
Estatal de Meteorología (Aemet) prevé precipitaciones débiles y dispersas que, al
llevar disueltas en el agua polvo en suspensión, dan lugar a estas lluvias de
barro. Así que si llueve durante
los próximos días y no lo hace de forma abundante volveremos a ver la famosa lluvia
de barro o lluvia de sangre. Por eso, si estás pensando lavar el coche es mejor
dejarlo para otro día.
Mapa de concentración de polvo en suspensión para
este jueves 23.
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