LOS VIENTOS DOMINANTES EN LOS BARRIOS.
Levante y poniente.
El
viento no suele gustar mucho a las personas, pero resulta fundamental para que
las plantas puedan propagarse, para que los barcos puedan navegar y para que se
formen fenómenos meteorológicos tan impresionantes como los tornados o
huracanes. Hoy en día además se usa como fuente de energía, por lo que su
importancia no ha hecho sino más que aumentar.
Los
Barrios es un pueblo que tiene una orografía muy marcada. Está rodeado por montañas
y muy cerca del Océano Atlántico y del Mar Mediterráneo, por lo que se
distinguen muchos tipos de viento. Los más conocidos son el Levante y el
Poniente. Seguro que has oído alguna vez hablar de ellos, pero ¿sabemos cuáles
son sus características y cómo nos afectan?
Antes
de entrar en materia, es importante saber qué es el viento y cómo se produce.
Bien, el viento no es más que una corriente de aire que se produce en la
atmósfera debido a la rotación y traslación del planeta.
A ello
hay que añadir que la radiación solar no es la misma en todo el globo, por lo
que se generan diferencias de presión que provocan que el aire caliente, que
tiene tendencia a subir, desplace las masas de aire generando viento.
La herramienta más avanzada
con la cual se puede medir la velocidad del viento es el anemómetro y para
conocer su dirección utilizamos la veleta.
EL LEVANTE
Este
viento nace en el Mediterráneo central y en las proximidades de las Islas
Baleares. Durante el verano se generan bajas térmicas (B) sobre el noroeste del
continente africano, que entra en contraposición con el anticiclón de las
Azores. Esta conjunción es la que crea los vientos sobre el Mediterráneo que
son el origen del Levante.
Por
tanto, el Levante que sopla en nuestra zona es aquel que su dirección procede
del Este, del Sudeste y en pocas ocasiones del Nordeste, es decir son los
comprendidos en el abanico 70°- 90°-110°. Para aquellos menos entendidos son
los que nos vienen del Peñón de Gibraltar hacia el pueblo principalmente. Algunos
vecinos ya no se conforman solo con llamarle Levante simplemente, sino que
dependiendo del grado de inclinación de estos vientos al sur o al norte, tienen
distintos nombres. Así hablamos de un levante “surestao”, cuando
sopla un poco del sur o sea sudeste, es el más común en Los Barrios. El segundo
tipo, es el levante puro o viento del este y el tercer tipo de viento de
levante es el que sopla un poco del norte o nordeste. A este viento le llamamos
aquí levante
rondeño, por ser más fresco y porque viene aproximadamente de la Sierra de Ronda.
Los
vientos de Levante son conocidos en el pueblo sobre todo por su intensidad,
llegando a alcanzar en algunas ocasiones rachas de más de 70 km/h. Así por
ejemplo podemos hablar de los 100 km/h que alcanzó una racha de este viento el
5 de enero de 2002 y de una ráfaga de 95 km/h el 21 de noviembre de 2001. Pero,
¿cómo se produce este fenómeno? Su origen proviene de un efecto que nos explica
la física, denominado Efecto Venturi: “si
en el recorrido de un fluido hay un estrechamiento, provocando una pérdida de
presión, la velocidad por la sección ha de ser constante a ambos lados del
mismo, por lo que al disminuir la sección en el Estrecho, la velocidad del
viento ha de aumentar forzosamente”. El estrecho de Gibraltar es un embudo
natural que se opone al paso del viento. Por un lado de la costa, las montañas
del Rif marroquí y por el otro, las sierras Béticas andaluzas. Esto provoca a
su vez un aumento de velocidad.
Estos vientos son por lo general frescos al tener un recorrido marítimo. Al venir del Mediterráneo, llegan cargados de humedad y en verano refrescan el ambiente de forma muy agradecida. Sin embargo, esta humedad en invierno no es tan apetecible, ya que aunque la temperatura del aire no sea baja, el grado de humedad que llevan (> 75%) hacen que la sensación de frío se acreciente y por eso decimos que este viento “cala hasta los huesos”.
Otra
particularidad del viento de Levante en nuestro municipio es la nubosidad que a
veces acarrea. Es normal oír hablar en los informativos meteorológicos de la
nubosidad de estancamiento en nuestra zona cuando sopla Levante. Las nubes que
se forman en el Mediterráneo son empujadas por este viento. Son nubes cargadas
de humedad forzadas a ascender para salvar el obstáculo y al chocar con las
montañas que rodean el Valle del Palmones, parecen que quedan retenidas o estar
“estancadas” a cierta altura, pero que realmente están en continuo proceso de
formación al ascender el aire a barlovento hasta el nivel de condensación, y de
disipación al descender la masa de aire a sotavento por debajo de ese nivel de
condensación (Efecto Foehn). Esto explica que cuando salimos de la zona
desaparece la nubosidad.
Este viento, en cada una de
sus distintas versiones, sopla en
nuestro pueblo unos 167 días de media al año, lo que supone el 45,7% del total anual.
Véase el gráfico.
Por último decir, que este viento puede afectar el estado de ánimo del que lo sufre. Hay muchas opiniones sobre los efectos del Levante, pero la mayoría señalan a depresiones, mal humor, dolores de cabeza e incluso se dice, que aumentan los casos de suicidios los días que sopla muy fuerte. Lo cierto es que cuando se mete este viento, como viene asociado con un cambio de presión puede acarrearnos algún malestar.
EL PONIENTE
Este viento proviene
del Océano Atlántico y nos llega por tanto del oeste, comprendidos entre los
rumbos WNW y WSW, abarcando el sector 330º-270º-250º. Son por consiguiente los antagónicos
a los de Levante, ya que nos llegan por donde se pone el sol, de ahí su nombre.
Soplan de forma transitoria y pasajera acompañando en superficie al paso de las
borrascas y sus frentes nubosos, que se desplazan desde el Golfo de Cádiz hacia
el Mar de Alborán y Baleares. A medida
que avanza hacia nuestro pueblo, de forma paulatina va perdiendo humedad al
atravesar las sierras que rodean el municipio y aumentando de temperatura, por
eso nos llegan ya muy secos. Aunque su presencia en invierno contribuye a
suavizar las temperaturas, en verano provoca un aumento sustancial de las
mismas y se convierte en un poderoso aliado de los incendios.
El viento de Poniente es por tanto un viento llovedero, ya que trae las depresiones durante el invierno hasta nuestra zona, con lo que reduce las temperaturas, aumenta la humedad y suele provocar la mayoría de las precipitaciones que se producen en Los Barrios. Además, este viento provoca una buena visibilidad, ya que no suele venir cargado de partículas en suspensión como le ocurre a su contrapuesto el Levante. Así los días en los que sopla este viento se divisan con suma facilidad todas las sierras que rodean nuestro pueblo e incluso desde los lugares más elevados, se puede apreciar hasta las estribaciones de la cordillera Rif-Atlas al otro lado del Estrecho.
El
Poniente, también es un viento que sopla en Los Barrios con mucha virulencia. Es
normal que cuando arrecia alcance rachas máximas que superan los 90 km/h. Así
el día 20 de octubre de 1999, este viento alcanzó los 99 kilómetros, siendo
este el récord de velocidad máxima por el momento.
En cuanto al predominio
de este viento del oeste, la media anual de los últimos veinticinco años, se
encuentra situada en un 42%, lo que representa que tenemos poniente en Los
Barrios una media de 154 días al año.
Las gentes de la zona de Los
Barrios, especialmente los agricultores y ganaderos, conocen muy bien los
vientos y los efectos a ellos asociados. Además de la dirección de donde
vienen, sienten su temperatura y humedad (efecto de bochorno o tonificante) y
ven sus señales asociadas con el color del cielo, transparencia del aire,
conducta de los animales, etc. Incluso tienen establecidas normas de conducta
según la procedencia de los vientos. Así, en el campo, es conocido este refrán:
«Si sopla el viento de levante, sigue con tus labores adelante. Pero si el
viento gira a poniente, deja el tractor y vente.»
En definitiva, estos dos vientos
tan comunes en nuestro pueblo, representan casi el 90% de vientos dominantes.
Es por esto que cuando no sopla uno lo haga el otro y que estemos abocados a su
influencia.
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